Coro
En el coro de la iglesia, a los pies de la construcción, se encuentra una de las piezas más importantes que atesora el edificio, la sillería. Se desconoce la autoría de la obra realizada en el primer tercio del siglo XVI, aunque las diferencias estilísticas entre la parte baja de la misma y la alta hacen pensar que la gestación de la obra se remonte a los años finales del siglo xv, dentro de unos postulados góticos. Compuesta por 61 sitiales, 31 altos y 30 bajos, además de un banco de tres asientos, su iconografía está protagonizada por la fauna, tanto real como fantástica, cargada de simbología de vicios y virtudes. Por sus cualidades negativas aparecen el perro, el ciervo o el pavo real, alegorías, entre otras, de la gula, la suciedad y el orgullo, respectivamente. Símbolos positivos son el ciervo, el águila y la abeja que representan el alma cristiana, la providencia divina y la laboriosidad. Aparecen otros muchos como el búho, la serpiente, el jabalí, el lobo, el conejo o, dentro del ámbito fantástico, el unicornio la sirena o el zytirón. El león aparecerá asociado a la imagen de San Jerónimo que preside el sitial principal destinado al prior. Escenas de crítica a los vicios y costumbres sociales de significados muy conocidos en la época, aparecen también en diversos lugares, por ejemplo, frailes- odres que critican la costumbre de la bebida, o temas mitológicos, como los trabajos de Hércules.