Bendición de la capilla interior de los padres paulinos

Bendición de la capilla interior de los padres paulinos

El año 1401 los dos ermitaños de Plasencia: Pedro Brañes y Domingo Castellanos “ermitaños de la pobre vida”, el nombre con el que se autodenominaban, vienen hacia la Vera desde su ermita placentina bajo el nombre de San Cristóbal y arriba de posterior Monasterio de Yuste encuentran retiro en la ermita del San Salvador. Por los rigores climáticos bajan para construir la ermita de San Gil pero cuando el número de los ermitaños crece rápido, construyen debajo del actual refectorio de los padres paulinos una nueva ermita dedicada a San Pablo primer ermitaño y también un pequeño monasterio (los restos de esta construcción existen hasta hoy). El 2 de julio 1407 Benedicto XIII firmaba en Roma la bula por la que se autorizaba a los ermitaños a levantar una capilla donde poder celebrar la misa por los que fuesen sacerdotes y a administrar sacramentos, además de la exención del pago de tributos por sus propiedades. Sin embargo, el obispo placentino entonces Don Arias de Balboa, contrariado por lo dispuesto en la bula papal, se negaría a la petición de los hermanos de Yuste de bendecir la capilla del San Pablo primer eremita procediendo a expulsar a los ermitaños de este lugar. Ante esta situación, la comunidad decidió ampararse en la Orden Jerónima. El año 1408 los jerónimos reciben a los hijos de San Pablo ermitaño bajo a sus alas.

Seguro que no por la casualidad 604 años después el año 2011, cuando de nuevo el Papa se llamaba Benedicto (Benedicto XVI) el obispo de Plasencia entonces no sabiendo nada de esta historia invita a los hijos de San Pablo para que vengan aquí y cuiden de del Monasterio de San Jerónimo. Al principio vienen dos. En la etapa final llegan de Plasencia, de la misma parroquia que los dos primeros ermitaños del principio del siglo XV. Y ocurrió que otra vez los hijos de San Pablo Primer Eremita piden de nuevo que el Señor obispo de Plasencia bendiga la capilla bajo la advocación de San Pablo Primer Eremita.

¿Y cuál es la idea general de este sitio que es nuestra capilla? Pues, es la de unir las cosas modernas con las antiguas, siguiendo el fragmento del evangelio en el cual nuestro Señor dice:

“Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su arca cosas nuevas y cosas viejas.”

 Lo primero que nos ha inspirado fue una imagen preciosa de Cristo crucificado. Es una escultura moderna de madera, obra de las hermanas de Belén que lleva algunos rasgos característicos del estilo románico.

Luego hemos cogido de la vieja tradición monástica la idea de la capilla con las sillerías, pero con un aspecto moderno y muy sencillo, y también el retablo que lleva la forma muy antigua del arco de triunfo.

Pero sobre todo hemos sacado del arca de la tradición de la Iglesia el icono ortodoxo. Es el icono ortodoxo pero penetrado por el espíritu genial de un artista moderno, un polaco que falleció en el año 2011 en Cracovia: que se llamaba Jerzy (Jorge) Nowosielski. Un artista muy amado y valorado por la Iglesia Greco-católica en Polonia, por el mundo artístico de nuestra parte de Europa, por nosotros personalmente. Un afecto especial a la maestría de este autor tiene pintora y autora de los iconos de la capilla, Señorita Magdalena Bielecka.

Entonces ¿Cuáles son las ideas generales del retablo? Bueno, son muchas, parece que innumerables. Pero generalmente el tema es: el manantial, la fuente, el arroyo. El manantial de la vida, la fuente de la luz, la fuente del amor cristiano, del amor fraterno y el arroyo de la vida contemplativa que brota aquí en la Comarca de la Vera.

El arco central históricamente representa el momento de la muerte de nuestro Señor Jesucristo, justo en el momento del eclipse del Sol.

“…cuando se oscureció el sol y toda la tierra quedó en tinieblas hasta la hora nona. El velo del santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos pongo mi espíritu. Y, dicho esto, expiró.”

Parece que la oscuridad ha vencido a la luz, parece que la muerte ha vencido a la vida. Pero en esta noche del pecado del hombre, en esta noche del dominio del espíritu del maligno está brillando una luz invencible. Es la luz del amor que Dios tiene a nosotros, a los hombres, a los pecadores. Esta luz que ahora parece pequeña, evoca la luz del amanecer, la luz de la madrugada de la resurrección:

“…y la vida era la luz de los hombres y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron.”

Del corazón abierto del Señor brota la fuente de la vida, la fuente de todo el amor cristiano.

El arco a la izquierda

Nos presenta el encuentro histórico de los dos ermitaños, de San Antonio Abad y de San Pablo ermitaño en el desierto egipcio, en Tebaida, en el año 341. Hemos elegido aquel momento muy simbólico para nuestra comunidad paulina y parece que poco meditado. Es el momento cuando los dos ermitaños comparten el pan llevado por el cuervo. Es un símbolo claro del amor fraterno que evoca todo lo que significa el Pan eucarístico y la comunión fraterna. Podemos ver como el amor cristiano cambia, convierte el desierto en un huerto. Desde hace 2000 años las fuerzas divinas de la Cruz de Cristo cambian el desierto del corazón humano, cambian las tinieblas de un individualista, en un huerto lleno de la luz, done hay sitio para el otro, para el hermano, para el prójimo. Esta es la gran diferencia entre un egoísta solitario y un ermitaño cristiano. En el monasterio se vive como en el paraíso, sólo cuando se comparte “el pan de su vida” con otro, con su hermano. Si no, la vida monástica se convierte en un desierto donde se secan las almas.

Y al final el arco a la derecha

Este icono es el fruto de la meditación sobre la historia del Monasterio de Yuste que no acaba de sorprendernos.

Estamos contemplando como de estas preciosas sierras (Sierras de Gredos) brota bajando como un arroyo (Arroyo de Yuste) el agua viva de la vida contemplativa, de la vida consagrada. Un manantial de las gracias para esta tierra, para la Comarca de la Vera, para Extremadura y al final para toda Europa en tiempo cuando este monasterio fue señalado con la presencia del Gran Emperador Carlos V. Pero, de verdad toda la vida interior, toda la vida espiritual empieza, brota y se derrama de las entrañas de… San Salvador,  de su costado atravesado con una lanza. Por eso lo hemos expresado simbólicamente de esta manera: las aguas de un arroyo brotan directamente de las puertas de la antigua ermita del San Salvador.

La historia cambia, y al día hoy, parece que ahora los hijos de San Pablo apoyan a los hijos de San Jerónimo. Y podemos contemplar en la historia del Monasterio de Yuste y en nuestro retablo, cómo durante los siglos los dos Patriarcas y sus hijos espirituales cuidan de este monasterio y de esta tierra hermosa y fecunda. 

El día 7 de marzo 2015 en el nombre de nuestro Patriarca San Pablo el padre General de la Orden Paulina, Don Arnold Chrapkowski de Polonia ha pedido la bendición del Señor Obispo Don Amadeo Rodríguez Magro para esta capilla y para nuestra  presencia en el Real Monasterio de San Jerónimo de Yuste, en la Comarca de la Vera, en Extremadura. Una vez más la historia y la Providencia de Dios nos han invitado a participar en los planes de Dios.


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